Cualquiera que preste al menos un poco de atención al fútbol mundial sabe que la MLS es una liga muy singular. Aparte del hecho de que no es ni de lejos la organización deportiva más popular del país (muy por detrás de la NBA, la MLB y la NFL), la estructura general de la MLS es muy diferente a la que estamos acostumbrados a ver en Europa.
Para empezar, la propia liga se encarga principalmente de la mayoría de los aspectos financieros de los traspasos de jugadores: se ocupa de los contratos y también supervisa los límites salariales de cada equipo. Esto deja a los clubes la responsabilidad de ir a por los jugadores que quieren y presupuestar en consecuencia con el dinero que, en última instancia, es muy limitado debido a las estrictas normas.
Acompáñenos a ver en qué consisten estas normas y cómo han influido.
Para entender el funcionamiento actual de la MLS, es importante repasar la historia de las ligas de fútbol en Estados Unidos, que explica por qué las cosas son como son ahora.
Antes de la MLS, existía una liga llamada NASL. Te estarás preguntando, "¿la NASL no vino después?". Tienes toda la razón, la NASL es una liga que funcionó de 2009 a 2017, normalmente considerada como la segunda en importancia después de la Major League Soccer.
El caso es que nos referimos a una liga completamente distinta. Érase una vez una North American Soccer League que funcionó de 1967 a 1985. La que existió más recientemente comparte el mismo nombre que la original, pero no hay ninguna conexión directa.
Muchos de los grandes del fútbol del siglo XX militaron en clubes de la NASL, que no tardó en despertar el interés por el deporte rey. Seguro que reconoces a jugadores como Beckenbauer, Cruyff, Gerd Muller y Carlos Alberto, que vivieron brevemente en Estados Unidos al final de sus carreras.
Sin embargo, el nombre que sobresalió por encima de los demás fue el del difunto Pelé. Si conoces la historia del fútbol, sabrás que la leyenda brasileña llegó a Estados Unidos en 1975 para jugar los dos últimos años de su carrera en el Cosmos de Nueva York. Su llegada sería para siempre un momento clave en la explosión original del fútbol en este país.
Sólo una década después de la llegada del tricampeón del mundo, la NASL dejaría de existir. ¿Qué ocurrió exactamente?
Aunque se atribuyen muchos factores a la prematura desaparición de la liga, uno de los principales fue la falta de un tope salarial y de un sistema de traspasos adecuado. Los clubes de la liga podían fichar a quien quisieran y pagar a quien quisieran, siempre que dispusieran de los fondos necesarios. Como resultado, los equipos que destacaban por ser más ricos que el resto tuvieron mucho más éxito.
Hubo un equipo que encajaba en este ejemplo durante los últimos años de la NASL original. Ya lo hemos mencionado: el NY Cosmos. Gracias a su fortuna, pudieron fichar a muchos jugadores de primera fila. Además de haber tenido a Pelé durante 2 años, Beckenbauer y Carlos Alberto también subieron a bordo más tarde.
Con una plantilla repleta de estrellas, el Cosmos ganaría el trofeo de la NASL en 5 ocasiones en sus 17 temporadas de vida. Cuatro de esas victorias llegaron en los últimos 8 años.
Como era de esperar, los aficionados se cansaron de que el mismo equipo ganara una y otra vez, con la única razón de que tenía más dinero, por no mencionar su conveniente ubicación en la que posiblemente sea la ciudad más famosa del mundo.
Dato curioso: la legendaria canción de Frank Sinatra, dedicada a la Gran Manzana, se estrenó en el verano de 1977. El Cosmos, con Pelé en sus filas, ganaría su segundo trofeo de la NASL. ¿Coincidencia? Creemos que no.
Entre otras razones, la pérdida de interés del público influyó en la disolución de varios equipos de la NASL, que acabó por desaparecer en su conjunto.
Tras la disolución de la NASL, el país se quedó sin una liga de fútbol de alto nivel. La creación de la MLS en 1993 vino con la misión de resolver este problema. Para ello, crearon un terreno de juego equitativo para todos los clubes competidores.
Algunas de las normas financieras originales grabadas en piedra eran las siguientes:
Límite salarial: 1.200.000 dólares
Ganancias máximas del jugador: 192.500 $.
Aunque dos equipos destacan por ser poseedores de más títulos de la MLS que el resto de la liga -el DC United con 4 y el LA Galaxy con un récord de 5-, en la primera década de vida de la liga, 6 clubes diferentes se hicieron con el trofeo.
En la actualidad, este tipo de diversidad en la liga no ha hecho más que mejorar gracias a nuevas modificaciones de las restricciones salariales, así como a normas totalmente nuevas.
El fútbol estadounidense tal y como lo conocemos cambiaría para siempre con la llegada del entonces gran inglés de 32 años David Beckham.
Un jugador de su calibre era literalmente imposible de fichar por ningún equipo de la MLS debido a su alto valor y a unos requisitos salariales que sólo los grandes clubes europeos podían igualar. Cuando Beckham empezó a negociar con el LA Galaxy, la liga se puso manos a la obra para elaborar una norma que permitiera el traspaso.
La Regla del Jugador Designado -o Regla Beckham a efectos históricos- entró en vigor antes de la temporada 2007, y nada menos que la leyenda del Manchester United se convirtió en el primer jugador fichado bajo esta designación.
La regla es sencilla de entender: jugadores que normalmente serían demasiado caros de adquirir y tener en las filas de cualquier equipo de la MLS -ya sea por su condición de clase mundial o por su indiscutible talento- ahora podrían ficharse a un coste que superase con creces ese tope salarial de 1,2 millones de dólares.
A todos los equipos se les concedía 1 plaza de DP, que podía intercambiarse, pero a nadie se le permitían más de 2.
Hoy en día, todos los equipos disponen de 3 plazas de PD, además de otras formas de adquirir talentos que requieren un salario mayor. También se introdujo en la liga el dinero de asignación, que ofrece la posibilidad de fichar a grandes nombres sin ocupar esas valiosas plazas.
Gareth Bale y Giorgio Chiellini son dos ejemplos de jugadores comprados con estos fondos asignados.
El salario anual de Beckham en el LA Galaxy ascendía a la friolera de 6,5 millones de dólares, más de 3 veces el límite original. Lo que es más, el club sólo tuvo que pagar una fracción de este coste: 400.000 dólares. El resto del contrato del centrocampista, que ascendía a unos 6,1 millones de dólares, fue pagado por los propietarios del equipo.
A partir de ese momento, la MLS nunca miraría atrás.
Si este tipo de regla permitiera a todos los equipos de la MLS tener la oportunidad de conseguir que algunos de los nombres más importantes del fútbol mundial jugaran para ellos, lo que a su vez aumentaría los ingresos, las visitas y la popularidad general de la liga con el tiempo, entonces tiene sentido por qué era sin duda una decisión obvia.
Los contratos designados permitieron a la MLS atraer a talentos repletos de estrellas sin poner en peligro el panorama de la liga, que hace que cualquier equipo, tenga o no estrellas en sus filas, pueda seguir compitiendo.
Quizá una de las desventajas (si es que se le puede llamar desventaja) de que la MLS funcione así es que ningún equipo puede crear necesariamente una especie de dinastía ganadora. Pensemos, por ejemplo, en los Golden State Warriors de la NBA. También hemos hablado antes del Cosmos de Nueva York de los años 70/80.
El único equipo de la MLS que ha tenido algún tipo de dominio sobre la liga en algún momento ha sido el LA Galaxy, que ha ganado un récord de cinco veces. 3 de esos éxitos llegaron en 4 años.
En la actualidad, los Galaxy son penúltimos de la Conferencia Oeste.
El Atlanta United, que empezó a jugar como equipo de expansión en 2017, logró ganar la copa en solo su segunda temporada en activo.
El hecho de que ningún equipo sea capaz de dominar de verdad significa también que no puede seguir mejorando en general, lo que le impide alcanzar éxitos aún mayores, como ganar la Liga de Campeones de la CONCACAF.
Hasta la fecha, los únicos de la MLS que han ganado el torneo son los Seattle Sounders, que se aseguraron el título en 2022.
La liga está al alcance de cualquiera, y como estamos viendo hoy con el Galaxy, la caída en desgracia puede producirse en un abrir y cerrar de ojos, a pesar de que sus jugadores designados son Riqui Puig, Chicharito y Douglas Costa.
Lo más importante es que la llegada de estos jugadores contribuye gradualmente al crecimiento del fútbol en Estados Unidos. No se trata de si fracasan o no.
El verdadero objetivo aquí no es el que ocurre en el terreno de juego, sino el que sucede fuera de él.
Es casi como si la vida hubiera cerrado el círculo para Beckham cuando Messi anunció su decisión de fichar por el Inter de Miami CF a principios de junio. De ser el primer gran nombre en unirse a la MLS allá por 2007 y obligarles literalmente a establecer una nueva regla, a poseer ahora su propio club en la liga y fichar ahora al mejor jugador del mundo bajo dicha regla que lleva su nombre.
Si en 2006 le hubieras dicho a Beckham que todo esto iba a ocurrir en menos de dos décadas, quizá te habría llamado loco. Sin embargo, a veces la vida es así. Ahora lo único que podemos hacer es sentarnos y ser testigos de la magia en una liga a la que muchos habrían preferido que el argentino no fuera, pero ya está aquí.
La conclusión es que el fútbol ha experimentado un crecimiento constante en Estados Unidos durante las dos últimas décadas, y que en 2023 volverá a alcanzar un nuevo hito, quizá el mayor de todos.
Jorge Mas, copropietario del Inter de Miami, lo dijo mejor que nadie en "La Presentación" de anoche en el estadio DRV PNK de Ft. Lauderdale:
"Siempre habrá un antes y un después de Lionel Messi".
No habla sólo del club, sino de todo el país.
Esperamos que estés tan ilusionado como nosotros por lo que está por venir para el deporte rey en Estados Unidos.
