Llega una nueva temporada. Un joven prodigio irrumpe en escena, habiéndose hecho ya un nombre en las categorías inferiores, y con mucho que demostrar al ascender al primer equipo. Lo sigue haciendo bien, y acaba ganándose un puesto de titular en la alineación con sólo 17 años.
Las buenas actuaciones se suceden y, tras una primera temporada de éxito como jugador profesional, los grandes clubes acuden a su llamada.
Última hora: el Real Madrid, 14 veces campeón de la UCL, presenta una oferta histórica por el adolescente.
No es ninguna sorpresa; durante casi toda la temporada circularon rumores de que los blancos estaban interesados en él, pero ya no es un rumor. En un abrir y cerrar de ojos, su oferta es aceptada. En pocos días, el jugador firma oficialmente su contrato, convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia.
Le dan el número 10, para crítica de muchos madridistas y aficionados. Pronto empiezan los gritos de "sobrevalorado" en las redes sociales, y el chico ni siquiera ha debutado todavía.
Llega el día: debuta con el Madrid. En el minuto 71, cuando el equipo ganaba 2-0 en el partido inaugural, salta al campo. La afición del Santiago Bernabéu ruge cuando su flamante fichaje pisa por primera vez el legendario césped con los colores blancos. Parecía que todo iba según lo previsto hasta ese momento.
Rápidamente, esos cánticos alentadores y emocionantes se convierten en débiles abucheos. Los dos primeros toques del chico han sido terribles, tal vez por los nervios. Pero a los aficionados no les importa. Quieren un impacto inmediato.
La ocasión se presenta cuando el chico recibe un bonito pase y se encuentra mano a mano con el portero rival. Da un toque para acomodar el balón, otro para empujarlo hacia adelante. Todo lo que tiene que hacer es colocarlo, y se ganaría al público para siempre.
El chico ha estado en esta posición en innumerables ocasiones con su anterior club, rara vez la cagaba en estos escenarios, y tenía una bota de oro para demostrarlo. Esta vez, sin embargo, no estaba destinado a ser.
De repente, tiene un fallo de concentración y, aunque el segundo palo de la portería estaba abierto, opta por rodear al portero en el último segundo. Sin éxito. Gracias a un mal toque, el portero le lee como un libro y se lanza a por el balón. Oportunidad perdida.
Los silbidos del público son más fuertes que nunca, y no hacen más que aumentar cuando el árbitro pita el tiempo reglamentario. Es casi como si se hubieran olvidado de que habían ganado 2-0. A decir verdad, parece que lo único que querían era que el chico demostrara su valía.
La temporada avanza y, a pesar de los momentos ocasionales de brillantez que tantas veces había mostrado en su anterior club, simplemente no estuvo a la altura de su potencial, y mucho menos de su disparatado precio.
Al final de la temporada, el Real Madrid celebró una nueva victoria en la UCL, junto con un trofeo de Liga, pero el chico jugó poco o ningún papel en estos éxitos. A menudo estuvo en el banquillo durante gran parte de la temporada, para gran aprecio de los madridistas de todo el mundo.
Poco después de abrirse la ventana de traspasos de verano, el Madrid acepta una oferta de un club de media tabla de otra liga por menos de la mitad de la cantidad que pagó originalmente por él. La etapa de este joven de 18 años en la cima del fútbol europeo había sido efímera, y ahora ha terminado oficialmente.
Es un escenario que vemos una y otra vez en el mundo del fútbol. Ya sea por lesiones de larga duración, cambios tácticos, circunstancias personales, mucha presión o simplemente porque el jugador en cuestión nunca fue tan bueno como se esperaba de él, la historia del potencial no realizado y las expectativas fallidas es un tema recurrente en el deporte rey.
Al final, la historia de un potencial insatisfecho nos recuerda que el fútbol, como la vida misma, puede ser impredecible y estar lleno de giros y sorpresas. Es la naturaleza impredecible del juego lo que nos mantiene intrigados, mientras presenciamos el ascenso y la caída de los jugadores, los triunfos y las decepciones, y la búsqueda constante de la próxima superestrella futbolística.
Sigue leyendo mientras enumeramos una serie de estrellas, pasadas y presentes, que lamentablemente no cumplieron sus expectativas, clasificadas por las razones por las que se quedaron cortas. 😔
Es posiblemente el problema más común con el que se encuentran los futbolistas. Irónicamente, parece que sólo les ocurre a los buenos. ¿Alguna vez te has preparado para ver un partido de tu club favorito, sólo para que anuncien las alineaciones y tu jugador estrella no aparezca por ningún lado? Es frustrante.
Marco Reus: Quizás uno de los jugadores con peor suerte de esta generación, El delantero del Borussia Dortmund y de la selección alemana ha estado plagado de lesiones a lo largo de su carrera. Una lesión en el último segundo le dejó fuera del Mundial de 2014, así que, por desgracia, no es campeón del mundo.
Aunque logró jugar en Rusia 2018, Alemania cayó infamemente en la fase de grupos. Una lesión de tobillo de la que no se recuperó a tiempo le impidió participar en el Mundial de Catar del año pasado.
Hasta la fecha, Reus ha luchado por mantener una forma física constante, lo que ha dificultado su capacidad para seguir siendo constante al más alto nivel. A pesar de ello, es sin duda una leyenda del Dortmund y, como capitán, es un jugador clave para el equipo siempre que puede vestirse. Pero nos queda imaginar cuánto más habría conseguido de no ser por las lesiones.
Ousmane Dembélé: Dembélé se unió al Barcelona en 2017 como un joven talento muy prometedor, recién salido de una temporada estelar en el Borussia Dortmund. Sin embargo, una serie de lesiones, incluidos problemas musculares y una lesión de larga duración en los isquiotibiales, limitaron sus minutos en las siguientes temporadas. Hasta hace poco, el Barcelona simplemente no había podido contar con él.
Contra todo pronóstico, el francés ha tenido una especie de renacimiento de su carrera, que comenzó a mediados de la temporada 21-22, cuando parecía que estaba en camino de salir del club. Sin embargo, la ventana se cerró, y pasó a unirse al nuevo fichaje y ex compañero de equipo del Dortmund, Aubameyang, para el resto de la temporada. Las actuaciones de Dembélé fueron increíbles y, a pesar de que el Barcelona se quedó sin trofeos, quedó claro que el club por fin podía confiar en el extremo y justificar su fichaje cinco años antes.
Radamel Falcao: El delantero colombiano fue un rompedor de mundos durante la mayor parte de su carrera, así que difícilmente es un fracaso en el gran esquema de las cosas. Jugó en el Oporto, el Atlético de Madrid y el Mónaco, y es una leyenda de la selección colombiana. Sin embargo, en 2014 sufrió una lesión del ligamento cruzado anterior que le impidió jugar el resto de la temporada 13-14 y el Mundial.
A partir de ese momento, Falcao ya no fue el mismo jugador, y simplemente no pudo repetir la increíble forma goleadora y el estado de forma que le habían valido el apodo de "El Tigre". Sus posteriores cesiones al Chelsea y al Manchester United fueron un fracaso total, y finalmente regresó al Mónaco.
Sin embargo, esta temporada de regreso fue bastante exitosa. Como nuevo capitán del equipo, condujo al Mónaco -junto a un adolescente Kylian Mbappé- al título de la Ligue 1 y a las semifinales de la UCL. Falcao terminó la temporada con 30 goles en 43 partidos.
Nos ocurre en nuestra vida cotidiana como personas normales. ¿Quién puede decir que a los deportistas famosos no les pasa lo mismo? He aquí algunos jugadores notables que sufrieron graves declives en su carrera debido a problemas personales que se filtraron en sus actuaciones.
Ronaldinho: la leyenda del fútbol samba es quizás el epítome de lo que significa jugar bonito. Por desgracia, esa magia a la que estábamos tan acostumbrados a ver día tras día empezó a desvanecerse, a partir de la sorprendente eliminación de Brasil en cuartos de final de 2006 a manos de Francia. Muchos culparon a Dinho, pues se decía que salía mucho de fiesta antes y después de los partidos.
Desgraciadamente, no se recuperó. Aunque en las dos temporadas siguientes siguió dando momentos de clase mundial con el Barcelona, continuó con sus juergas y poco a poco se fue convirtiendo en un mal ejemplo para el equipo y para un joven genio argentino.
Finalmente, sus hábitos de juerga y su falta de disciplina hicieron que le echaran de Cataluña, y aunque en un momento dado tuvo un ligero resurgimiento en los últimos años de su AC Milan, nunca volvería a su mejor nivel.
Adriano: El delantero brasileño fue uno de los mejores delanteros del mundo. Lamentablemente, su carrera dio un brusco giro al recibir la noticia de que su padre había fallecido. Esto le sumió en una profunda depresión, con problemas de alcoholismo y juergas que acabaron por destruir la regularidad y el dominio que le caracterizaban sobre el terreno de juego, lo que le valió el apodo de "El Emperador".
Casi al final de su segunda etapa en el Inter de Milán, fue enviado a Brasil durante un año para que se rehabilitara, pero no le sirvió de mucho a largo plazo. Pasó por varios clubes brasileños y regresó brevemente a Europa para jugar en el Roma. Nunca se recuperó del todo, y en 2016 se retiró a los 36 años como una sombra del genio goleador que fue.
Emmanuel Adebayor: La carrera del delantero togolés empeoró tras su polémico traspaso del Arsenal al Manchester City en 2009. A pesar de sus buenos comienzos con los Blues, su rendimiento y actitud fueron cuestionados en temporadas posteriores. Tuvo enfrentamientos con los aficionados, problemas disciplinarios y su compromiso con el equipo fue a menudo objeto de escrutinio.
Quizá recuerde su infame celebración contra los Gunners, en la que corrió por todo el campo para celebrarlo delante de los fieles del Arsenal. No estaban muy contentos con el acto, por no decir otra cosa.
Adebayor pasó después por clubes como el Real Madrid y el Tottenham Hotspur, pero nunca recuperó la regularidad. Durante el resto de su carrera, pasó por muchos otros clubes y acabó retirándose hace sólo unos meses, en marzo.
Hatem Ben Arfa: Por si no lo sabía, Ben Arfa se formó en las filas del Lyon junto a Karim Benzema. Uno se convirtió en uno de los mejores delanteros del fútbol moderno, y el otro nunca llegó a destacar al más alto nivel.
A pesar de su excepcional talento, en el que destacan sus dotes mágicas para el regate, la carrera de este futbolista de 36 años se ha visto ensombrecida por su incapacidad para mantenerse alejado de la polémica. A finales del año pasado, tras un acalorado enfrentamiento con el cuerpo técnico del Lille que le valió la expulsión definitiva del club, su antiguo agente habló claro. No se contuvo en absoluto.
"Hatem tiene ahora 35 años, pero tendrá 17 toda su vida. Es un niño. Estoy seguro de que algunos psiquiatras se devanarían los sesos con un carácter tan difícil como el de Hatem".
Esta actitud fue muy visible en otros desencuentros y problemas que tuvo a lo largo de su carrera. Las malas relaciones con entrenadores como Laurent Blanc y Didier Deshcamps, así como con varios compañeros de equipo y miembros del cuerpo técnico del Newcastle, el Marsella y la selección francesa dañaron su reputación.
Actualmente, Ben Arfa es agente libre.
Dele Alli: Durante sus primeros años en el Tottenham, el centrocampista inglés causó un impacto inmediato. Demostró su versatilidad, habilidad técnica y capacidad goleadora, con 32 goles en sus dos primeras temporadas en el equipo. Se había convertido en una parte integral del equipo bajo el mando del entonces entrenador Mauricio Pochettino, que culminó con una participación en la final de la UCL en 2019.
Todo fue cuesta abajo cuando Pochettino fue despedido apenas 5 meses después de aquella derrota contra el Liverpool en Madrid. Los Spurs contrataron rápidamente a José Mourinho, pero el icónico entrenador no pudo sacar lo mejor de un Dele Alli en apuros. En las temporadas siguientes, Alli atravesaría algunas controversias fuera del campo que hicieron que muchos cuestionaran una vez más su madurez. Por si fuera poco, el centrocampista sería asaltado y herido por unos pistoleros en su casa del norte de Londres en mayo de 2020.
En resumen, problemas disciplinarios mezclados con problemas de lesiones y desafortunadas circunstancias del mundo real han frenado a Alli de alcanzar todo su potencial. Y con sólo 27 años, todavía tiene tiempo de sobra para resucitar su carrera. Por desgracia, no ocurrió en su breve cesión al Besiktas esta pasada temporada.
Robinho: El delantero brasileño surgió como un talento muy prometedor a una edad temprana y se ganó la atención mundial cuando fichó por el Real Madrid en 2005.
Durante su estancia en Los Blancos, Robinho demostró su excepcional habilidad para el regate, su control del balón y su estilo en el campo. Era capaz de crear momentos mágicos y ocasiones de gol para él y sus compañeros. Sin embargo, a pesar de su innegable talento, a Robinho le costó rendir al más alto nivel.
Tras su paso por el Real Madrid, Robinho jugó en otros clubes, como el Manchester City, el AC Milan y el Santos. Aunque tuvo algunos momentos brillantes, no logró consolidarse como una auténtica superestrella y no estuvo a la altura de las expectativas puestas en él. La falta de regularidad, las polémicas extradeportivas y los problemas de actitud y ética de trabajo que se le achacaron acabaron por lastrarle.
Aunque su etapa en Europa hacía tiempo que había expirado, el resto de la carrera de Robinho sufrió un enorme revés cuando fue condenado por agresión sexual en 2017. El incidente empañó su reputación, y no tuvo más remedio que colgar las botas en 2020.
